El Anticongelante, Un Guardián que Opera Bajo tu Cofre
- The Dude

- 14 jul
- 10 Min. de lectura
En el intricado universo de la mecánica automotriz, existen componentes que, a pesar de su vital importancia, a menudo pasan desapercibidos hasta que una falla nos recuerda de su existencia. Uno de estos "héroes anónimos" es el sistema de refrigeración del vehículo, y dentro de él, el magnífico anticongelante. Más allá de ser un simple líquido colorido, es el guardián silencioso que protege el corazón de tu coche de los picos extremos de temperatura, asegurando su longevidad y rendimiento óptimo.
Aquí exploraremos la importancia del sistema de enfriamiento, también el cómo verificar los niveles de anticongelante, los diferentes tipos disponibles y cuándo es necesario cambiar o purgar el sistema, teniendo en cuenta sitios de información confiables y especializados en el tema.
Tu Sistema de Enfriamiento y su Gran Importancia (no solo es mantener al motor fresco)
Todos sabemos que el motor de un automovil es una de las máquinas que más calor genera en cuanto empieza a trabajar y durante todo su funcionamiento. La combustión interna, la fricción entre las piezas móviles y otros procesos mecánicos elevan la temperatura a niveles que, si no se llegan a controlar, podrían causar daños catastróficos. Aquí es donde el refrigerante toma ese papel de Guardián junto con el sistema de enfriamiento, una red compleja de componentes diseñados para disipar el calor excesivo y mantener el motor dentro de su rango de temperatura ideal.
Por su parte, el anticongelante (también llamado refrigerante) no solo evita que el agua se congele en climas fríos, sino que también previene la ebullición a temperaturas "bajas" en climas más calurosos y protege contra la corrosión interna del motor.
Regresando al sistema de enfriamiento, es bien sabido que un motor que opera a la temperatura correcta es un motor eficiente. Si la temperatura es demasiado baja, el combustible no genera una combustión eficiente, lo que resulta en un mayor consumo y un aumento de emisiones. Por otro lado, si la temperatura es demasiado alta, las piezas metálicas tienden a expandirse y deformarse, provocando fallas en las juntas, grietas en la culata o incluso la fusión de componentes internos.

El sistema de refrigeración no solo previene al sobrecalentamiento del motor, también ayuda a alcanzar un punto de ebullición apto para el óptimo funcionamiento del motor. El anticongelante, al circular por el motor, absorbe el calor y lo transporta al radiador, donde se disipa al aire. Este ciclo constante es lo que permite que tu vehículo funcione de manera confiable, sin importar las condiciones externas.
Componentes Clave del sistema de Enfriamiento
El sistema de refrigeración se constituye de partes fundamentales y cada una realiza una tarea en específico para lograr un estado optimo de temperatura y son los siguientes:

Radiador: Actúa como un intercambiador de calor, disipando el calor del anticongelante al aire exterior
Bomba de agua: Se encarga de hacer circular el anticongelante a través de todo el sistema.
Termostato: Regula en flujo de anticongelante para mantener la temperatura del motor dentro del rango óptimo.
Ventilador: Ayuda a enfriar el radiador, especialmente cuando el vehículo está detenido en tráfico lento.
Mangueras: Conectan los diferentes componentes del sistema, permitiendo el flujo del anticongelante. Hay tres tipos, la manguera superior del radiador es la encargada de ingresar el anticongelante caliente al radiador, la manguera inferior es la encargada de regresar el anticongelante frío al sistema y al motor, y por último las mangueras de alimentación al sistema, suelen ir conectadas directamente al tanque del refrigerante (no todos los autos suelen tenerlo) y por lo general son dos, la manguera de purga y la manguera de recuperación, ambas son óptimas para mantener un flujo estable de líquido en el sistema, regulando la presión con la que circula (apoyándose de la presión que ejerce el tapón de radiador, que no es lo mismo a la tapa del deposito de refrigerante)
Depósito de expansión: Conocido también por otros nombres como tanque de refrigerante o depósito de anticongelante, es donde se almacena el exceso de anticongelante, permitiendo la expansión y contracción del líquido debido a los cambios de temperatura.
Pero ¿Y cómo checo mi nivel de anticongelante?
Al igual que el chequeo de aceite, revisar el nivel de anticongelante es una tarea sencilla que puedes realizar tu mismo sin ayuda y que te ahorrará muchos dolores de cabeza. Es una parte fundamental del mantenimiento preventivo que te permitirá detectar a tiempo posibles fugas o un bajo nivel de líquido, evitando así un sobrecalentamiento del motor.
Ojo, hay que tener en cuenta que la mayoría de los vehículos modernos cuentan con un depósito con marcas de Máximo y Mínimo. A continuación te explicamos cómo hacerlo de manera correcta (no es necesaria herramienta pesada):

Motor Frío: Siempre, y esto es crucial para seguir con los siguientes pasos (si quieres seguir conservando tu piel intacta), asegúrate de que el motor esté completamente frío antes de revisar el novel de anticongelante. Si abres el tapón del depósito o del radiador con el motor caliente, es muy probable que el líquido salga disparado, lanzando gotas de anticongelante hirviendo y causando quemaduras en el proceso. Lo ideal es hacerlo por la mañana, antes de encender el auto, o después de que haya estado apagado por varias horas.
Ubica tu deposito: En la mayoría de los vehículos modernos, el anticongelante no va directo en el radiador, si no en un depósito el cual suele ser de plástico y semi translúcido. Este deposito suele tener marcas de "Máximo" y "Mínimo" (o "FULL" y "LOW"). Por lo general suele estar cerca del radiador y es fácil de identificar por el color característico del anticongelante (verde, rosa, rojo, naranja, etc.).
Verifica el nivel: El nivel del anticongelante debe estar las marcas de "Máximo" y "Mínimo". Si está por debajo del mínimo, es necesario rellenar. Si tu vehículo no tiene un depósito, el nivel se revisa directamente en el radiador, pero solo cuando el motor está completamente frío y despresurizado.

Rellena: Si necesitas rellenar, utiliza siempre el tipo de anticongelante recomendado por el fabricante de tu vehículo. Mezclar diferentes tipos de anticongelante o usar agua del grifo puede ser perjudicial para el sistema de refrigeración, ya que el agua común contiene minerales que pueden causar corrosión y sedimentos.
Si piensas utilizar agua en vez de refrigerante, procura que el agua sea agua destilada. Igual, no confundas el refrigerante con agua, aunque el anticongelante se puede diluir en agua, no es recomendable usar solo agua para rellenar, añadido a lo que mencionamos antes, el uso exclusivo del agua disminuirá las propiedades de protección contra el congelamiento, la ebullición y la corrosión. Utiliza siempre el tipo de anticongelante que recomienda el fabricante de tu vehículo.
Observa el color y la consistencia: Aprovecha para observar el color y consistencia del anticongelante. Si el líquido está turbio, oxidado, o presenta partículas, podría ser un indicio de que se necesita un cambio completo o que hay un problema en el sistema. Un anticongelante en buen estado debe tener un color uniforme y transparente.
Realizar esta revisión cada cierto tiempo, por ejemplo, una vez al mes o antes de un viaje largo, te ayudará a mantener el sistema de refrigeración en óptimas condiciones y a prevenir problemas mayores.
Que anticongelante usar
No todos los anticongelantes son iguales asi como no todos los sistemas de refrigeración son iguales entre si. Utilizar un anticongelante incorrecto puede ser perjudicial para tu sistema dado a que los aditivos que tiene cada uno son distintos y varian entre cada color, incluso hay específicos para cada marca o conglomerado de marcas (como Volkswagen, GM o BMW).
El mercado suele ofrecer una variedad amplia de anticongelantes, y escoger el correcto para tu auto es igual de importante como mantener el nivel de este. Los más comunes suelen ser los siguientes:

Anticongelantes Inorgánicos (IAT - Inorganic Acid Tech) Este es el refrigerante estándar, el tradicional, fáciles de reconocer en las estanterías por su color verde o azul. En su mayoría usan silicatos y fosfatos como inhibidores de corrosión. Si bien son efectivos , sus aditivos suelen agotarse muchísimo más rápido que los otros tipos de anticongelantes, esto causa que requiera cambios más frecuentes, generalmente cada 2 años o 40,000 km.

Anticongelantes orgánicos (OAT - Organic Acid Tech) Los Anticongelantes OAT, a menudo de color naranja, rosa o rojo y utilizan ácidos orgánicos como inhibidores de corrosión. Estos aditivos tienen una vida útil mucho más larga en comparación a los IAT, permitiendo intervalos de cambio más altos de aproximadamente 5 años o 250,000 km. Ideales para motores modernos, ofreciendo una protección superior contra la corrosión y son más amigables con los componentes de aluminio.

Anticongelantes Híbridos (HOAT - Hybrid Organic Acid Tech) Los HOAT combina lo mejor de ambos mundos, usando una mezcla de ácidos orgánicos e inorgánicos y suelen ser de color amarillo o naranja (depende de la marca). Estos ofrecen una protección duradera, un poco similar a los OAT, pero con un as bajo la manga, y es la ventaja de una protección inicial muchísimo más rápida gracias a los silicatos. Son una opción popular para muchos fabricantes actuales como Ford, Chrysler y BMW.
Hay varios puntos a considerar al elegir un refrigerante, siendo el más importante el nunca mezclar los diferentes tipos de anticongelante. Esto puede causar reacciones que degraden los aditivos, se formen geles o lodos, y lleguen a comprometer seriemente la protección de tu motor. También el color no es un indicativo a pesar de que suelen asociarse a un tipo específico de refrigerante, esto no siempre es una garantía. Antes de comprar cualquier refrigerante, asegurate de verificar las especificaciones de tu vehículo o la etiqueta del producto para asegurarte que estás comprando el refrigerante correcto.

Por último, pero no menos importante, hay que considerar la concentración de este mismo ya que hay diferentes presentaciones, que van del clásico 50/50 listo para uso, 30%, 70% y 97% que termina siendo la presentación con la más alta concentración. Si piensas usar el de la más alta concentración ten en cuenta diluirlo con agua destilada en la proporción adecuada (por una parte de refrigerante, una parte igual de agua destilada) o usarla según las indicaciones del fabricante.
¿Cuándo es Hora de un Purgado del Sistema?
El refrigerante, a pesar de su larga vida útil en algunos casos, desafortunadamente no es eterno. Con el tiempo y el uso, sus capacidades de protección se van perdiendo y sus aditivos van degradandose con el tiempo, lo cual lo hace menos efectivo para disipar el calor y proteger contra la corrosión. Saber cuándo es el momento de cambiarlo o purgar el sistema es crucial para el mantenimiento de tu vehículo.
Cuándo cambiar todo el Anticongelante:
La frecuencia con la que se suelen hacer los cambios de anticongelante varía y depende del tipo de anticongelante que se esté usando en el momento, así como de las recomendaciones del fabricante de tu vehículo. Sin embargo, hay ciertas pautas que se deben de tomar en cuenta:
Signos de degradación: Si notas que el anticongelante ha cambiado de color (se ha vuelto un líquido turbio, marrón o rojizo), tiene partículas en suspensión, un olor raro o incluso presenta sedimento al fondo del depósito, son señales claras de que necesita ser reeemplazado, independientemente del tiempo que lleve de uso o del kilometraje. Este proceso implica el drenado del líquido viejo y del bloque del motor y luego rellenar con anticongelante nuevo (recomendable si se realiza el cambio de las mangueras principales, del depósito de refrigerante o el cambio del radiador). Es de suma importancia asegurarse de que no queden burbujas en el sistema después del llenado.
Manual del Propietario: La fuente más confiable para saber cuándo cambiar el anticongelante es el manual del propietario. Allí encontrarás las especificaciones exactas y recomendadas por el fabricante, así como los intervalos recomendados con los se deben realizar los cambios del líquido.
Especifiaciones del producto: Hay que tener en cuenta que es lo que dice el producto, ejemplo, si planeas usar un refrigerante IAT debes de considerar que se recomienda cambiarlo cada 2 años o cada 40,000 kilómetros, lo que ocurra primero.

Cuándo Purgar el Sistema de Refrigeración
La purga del sistema de refrigeración implica eliminar todo el aire atrapado dentro del circuíto. Dejar aire dentro del sistema, por muy mínima que sea la cantidad de este, puede causar varios problemas, como puntos calientes en el motor (donde el anticongelante no llega correctamente), ruídos extraños (burbujeo) y un rendimiento ineficiente del sistema de calefacción del vehículo.
Es por esas razones que hay que purgar el sistema, añadiendo las siguientes situaciones:
Después de un cambio de anticongelante: Cada vez que se drena y se vuelve a llenar el sistema, es muy probable que entre aire, por lo que es fundamental realizar una purga.
Después de reparar un componente del sistema: Si se ha remplazado una parte importante (como lo mencionamos antes), es necesario realizar una purga.

El proceso de purgado varía ligeramente entre vehículos, pero generalmente implica arrancar el motor con el tapón del depósito abierto (o con la válvula de purga abierta, si el coche cuenta con ella) y dejar que el motor alcance su temperatura de funcionamiento, dejando que el termostato se abra y el refrigerante circule por todo el sistema, expulsando el aire. Es importante mantener el nivel de anticongelante mientras se realiza la purga del sistema. Recomendamos extensamente ir directamente en especialistas en sistemas de refrigeración en caso de encontrar este procedimiento un tanto confuso o incluso tedioso.
Conclusión: Un Pequeño Esfuerzo para Un Gran Beneficio
Mantener el sistema de enfriamiento de tu coche en buen estado no requiere mucho esfuerzo, pero los beneficios son enormes. Un simple chequeo de niveles y un cambio periódico de refrigerante pueden ahorrarte miles en reparaciones (y dolores de cabeza), ayudando a prolongar la vida de tu vehículo. Recuerda: el refrigerante es más que un simple líquido de colores; el la clave para mantener tu motor fresco, protegido y en marcha, así que la próxima vez que revises el aceite o la presión de los neumáticos, no olvides echarle un ojo al depósito del refrigerante.





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